jueves, 28 de agosto de 2014

50 puntos que quizá no te importen:

51. Ginebra con limón.
52. Con la sonrisa de hoyete a hoyete.
53. Salsa y bachata a ser posible.
54. Inglés por encima de cualquier otro idioma.
55. Florida como principal destino.
56. Odio que me toquen las narices, literalmente.
57. Inmune a las cosquillas.
58. Banana Split al año no hace daño.
59. Desde pequeña y hasta ahora, Kikirikidouglas para la familia.
60. Orgullosa de saber solucionar cubos de rubik.
61. No te acerques a mí con una aspiradora.
62. Lo paso mal limpiándome la nariz...
63. ...pero el momento de después compensa el mal rato.
64. Odio salir de fiesta con bolso.
65. Marcada en piernas y brazos.
66. Fiel a la repostería.
67. Despreciablemente controladora (en proceso de cambio).
68. Malditas las puertas que no hacen "click" al cerrarse.
69. Y también las que se abren y cierran sin parar cuando hay viento.
70. Emprendedora en curso.
71. Haga el calor que haga, siempre duermo con edredón.
72. Detallista en su máximo exponente.
73. Muy de meter la mano en el buzón.
74. Mándame cartas y gáname un poco más.
75. Friends, Sexo en Nueva York y Gossip Girl.
76. Partidaria del "más vale que sobre a que falte".
77. Dieciocho hamsters, un periquito y un conejo.
78. Anastasia como película de mi infancia.
79. Perfeccionista cuando se trata de doblar cualquier papel.
80. Fuera quien flirtee conmigo de fiesta.
81. "O _ _ _ _ _ _ _ _ _ a", lo peor que me pueden decir.
82. Fobia a los saltamontes.
83. Mermelada de melocotón para las tostadas, por favor.
84. Aprender a tocar el piano como tema pendiente.
85. Muy influenciada por películas y series.
86. Debilidad por los tetrabricks pequeños.
87, Incienso y velas.
88. Una taza de té.
89, Los pintauñas hacen que me pesen los dedos.
90. Zurda de reloj.
91. Las gafas patinan en mi tabique nasal.
92. A la báscula todos los días.
93. De relaciones estables.
94. Fuera películas de miedo.
95. Egoísta con la comida.
96. Mi voz en la ducha suena como los ángeles.
97. Cinco días en París.
98. Enfadica de pocos enfados.
99. Vértigo a nuevas experiencias.
100. Aprendiendo a ser feliz cada día.
C.

miércoles, 27 de agosto de 2014

"Histericismo".

Que os jodan. Que os jodan a todos, pero bien. Luego os extrañáis de que sea tan cerrada. Estoy hasta los cojones de que me vengáis poniendo buena cara, me ganéis con falsas palabras que no valen ni la mitad de una mentira. Parece que os luce verme así. Me engatusáis, me ganáis y luego me tiráis. Lo peor de todo es que sabéis como soy cuando pasa, sabéis lo duro y difícil que se me hace salir de estas situaciones. Aunque para gilipollas, yo. Que soy la que es fácil de engañar. Ojalá y en el futuro pueda agradeceros que gracias a estas cosas soy más dura, más madura, menos susceptible. Una vez más: "Ya te lo adviritieron, Cris".

1, 2, 3,... Respira. Cállate. Cálmate. Desahógate. Háblame. 

La verdad me odiaría si sólo hubiera publicado únicamente lo anterior. Por otro lado, sé que si mi estado de ánimo en este momento fuera el mismo que cuando escribí todo eso, probablemente habría sido capaz de publicarlo así, sin más. Pero ya no, no me sentiría orgullosa de decir todo lo dicho y quedarme tan ancha, sin poder pedir perdón después de todo. Lo siento, de verdad. Disculparme por el daño que me hago, por mis palabras poco apropiadas y ¿por qué no? por mis lágrimas también. Soy de las que apenas da importancia a los problemas, y quizá sea de cobarde creer que por el hecho de no poder solucionarlo lo mejor es comprimirlo bien para que se vea más pequeño de lo que es. 

Por suerte, siempre tenemos a personas en las que realmente puedes fiarte, confiarte. Porque esas personas son las que nos empujan cuando no estamos seguros, nos agarran cuando ven que nos caemos, nos escuchan cuando necesitamos hablar, nos abrazan cuando no hacen falta palabras, nos previenen antes de que nos hagamos daño. Esas personas, los amigos, son por ello una parte esencial en la vida. Que pueden ser tres o pueden ser cien, el número no importa, lo realmente importante es cómo se preocupan por ti, cómo te cuidan y te hacen llorar de la risa, eso es lo maravilloso, que te dan la libertad de cometer fallos por mucho que seas, que hagas o que digas. 
Gracias.
C.

miércoles, 20 de agosto de 2014

50 puntos de interés:

1. Por esperar espero hasta en la parada del autobús.
2. Báilame, pero no me bailes el agua.
3. Perdono pero no olvido.
4. Escucho, entiendo y animo pero no sigo lo que aconsejo.
5. Con la impresión de nunca poner punto y final a conversaciones pendientes.
6. Masoquista sentimental.
7. Veo la película, y luego (si me ha gustado) me leo el libro.
8. Dejo el mejor trozo para lo ultimo.
9. Soy muy de limpiarme con la servilleta.
10. Comerme las pieles de la boca como principal manía.
11. Con diente "de patata".
12. Dedico parte de mi tiempo diario a bailar sola en casa.
13. Primera comensal que se atiborra a masa cruda de magdalenas y/o bizcochos.
14. Más de bailar que de cantar (pero acabo haciendo ambas cosas).
15. De letra terriblemente fea e irremediablemente pequeña (aunque me encanta).
16. Más estampada que de estampados.
17. Curada de espantos, pero poco espantada.
18. Escribir en vez de hablar.
19. En casa más de moño que de coleta.
20. Más de planos que de altos.
21. Complejo de pato cuando llevo tacones.
22. Más cerrada que abierta. (no apta para mal pensados)
23. Disculparme.
24. Más de caídas que de contra caídas.
25. No es que no pueda olvidar, es que no quiero.
26. Prefiero realista a pesimista.
27. No veo el vaso medio vacío, solo que con la mitad no me basta. 
28. Veo complejo lo sencillo.
29. Más de que me digan que no, a decirlo.
30. Cabezona.
31. Complicada de comprender.
32. Cariñosa hasta el punto de empalagosa.
33. Más de la que se ríen que con la que se ríen.
34. Cuatro ojos y cada día con más dioptrías.
35. Papelera de reciclaje.
36. Visión del fútbol como el "pinball".
37. Llámame Cris y serás algo más que un conocido.
38. "Embudo" como palabra que marcó mi infancia.
39. Cicatriz en la rodilla de mi caída con el tacatá por las escaleras de casa.
40. Todos los años pienso que se me ha olvidado tirarme de cabeza a la piscina.
41. Graduada, con estudios y mucha experiencia en meter la pata.
42. Ando entre "miles de expectativas y cientos de no pudo ser".
43. Olvidé montar en bici en tres ocasiones.
44. Obvia el tema del tabaco y otras drogas.
45. Muchos proyectos en construcción.
46. Puedo estar triste y ser feliz (si alguien es capaz de entenderlo ahí lo lleva).
47. Pedir agua para beber aunque salga de casa.
48. Dame tu mano y te ofreceré mi brazo.
49. Más de dar que de recibir. (no apta para mal pensados)
50. Aprendiendo a ser, estar,  saber ser y saber estar.
C.

lunes, 18 de agosto de 2014

Y cuando hablas de "preguntarse" viene el diccionario y te dice que mejor lo trates como reflexivo.

No hay nada peor que desvalorizarse a uno mismo. Creer que todo tú eres el resultado de la suma de personalidades de otras personas. Luego estás solo y llega el momento de preguntarse ¿Quién soy realmente? Desde mi punto de vista me parece muy humillante esa sensación, ese acto de intentar responderse a uno mismo no te da la respuesta que buscas, más bien te calma saber que no eres como los demás porque te dices lo que quieres oír (como todos supongo). 

Después de estos días me he dado cuenta que no soy yo la responsable que tiene la tarea de contestarme a quién soy. De hecho, estoy segura que esa es el tipo de pregunta que se tienen que hacer los que te conocen (o dicen conocerte para saber si es así). No soy yo la que debe reflexionar una respuesta lógica y correcta. Quizá la gente piense que, lo que crean, opinen o hablen sobre ti terceras personas debe importarte más bien poco, no digo que no tengan razón, pero eh, no estoy hablando de ese tema. 

El ser humano por naturaleza, por necesidad está "obligado" a sociabilizarse. Por ello, si relacionarse es tan importante para crecer (o al menos parar sobrevivir) lo más razonable es que sean esas personas que te rodean (y te conocen) las que puedan levantar la cabeza, y sin necesidad de pararse a pensar una buena respuesta que encaje en lo que quieras escuchar, digan a viva voz quién eres y no quién quieren que seas.
C.

sábado, 16 de agosto de 2014

Días y días.

Días rápidos, 
días lentos, 
días esperados, 
días evitados. 

Tumbada en la playa bajo un manto de estrellas y luna llena y tú te sientes tan pequeña, diminuta, frágil. El mar parece infinito si lo miras desde la orilla, como si nada ni nadie pudiera ponerle un límite, una frontera mas allá de la cual no pudiera llegar. Envidio a las olas que sacuden el mar día y noche sin parar, no se cansan, nunca dejan de mover todo lo que llevan, son fuertes y capaces de arrasarlo todo sin apenas esfuerzo. 

A las personas nos haría falta hacer como ellas, aprender un poco a ser más dinámicos y espontáneos, menos "planeados". No necesitar tener una bandera roja para saber que algo va mal y una bandera verde que indica que estás bien. Nada de banderas ni de falsas emociones. Aquí hay que vivir de la mejor manera posible. Saber qué hacer en cada momento es para aburridos, necesitamos correr riesgos, hacer posible lo que queremos que ocurra sin preocuparnos del qué dirán. ¡Más alegría y desparpajo es lo que nos hace falta! 
C.