miércoles, 27 de junio de 2012

Reflexiones #1

 Hoy he vuelto a verlos. A mis amigos. A las personas que hasta hace un año eran todo lo que tenía, todo por lo que yo habría dado mi vida. Sin embargo, pasan 365 putos días y todo parece haber cambiado. Es una mierda... Y sobre todo es triste pensar que todo se está yendo al garete por tu propia culpa. Tiene delito que sean tus amigos, o por decirlo de otra manera, los que en su día fueron lo más grande que tenías a tu lado, los que te quiten la venda y te hagan abrir los ojos, ver un poquito más la realidad y lo que está pasando. 


Dejar de pensar en ti misma, mirar a tu alrededor, ver personas que están a pocos metros de ti y otras que, por el contrario, tan lejos... Distantes. Y no puedes creer que tú hayas puesto esa distancia hasta que te paras y piensas. Es en ese momento en el que te planteas ¿Qué cojones es lo que estoy haciendo? o ¿Qué estoy haciendo mal? No se trata de hacer algo bien o mal, no es hacer lo que tú quieres a cada momento, el único motivo por el que ves esa situación con la gente que te rodea es por la simple razón de que tú mismo, viviendo tu vida día tras día, dejabas a estas personas como última acción, como último recurso y las cosas no son así. No es caminar y mirar atrás para ver si aquellas personas te siguen de cerca o de lejos, es igual; no es estar triste, abrir el Tuenti y ver a uno de esos "amigos" conectados y decirle ¿Qué tal? para que te hagan la misma pregunta y empezar a contarles tus penas, no es eso. 


Es entender, que si esas personas te dan una señal de advertencia, esa de que estás tirando todo lo que hace quince años fue, tienes que esforzarte, hacer lo que puedas por salir adelante, tanto contigo mismo como con ellos, con los que fueron tus amigos para recuperar los días perdidos, y también con las nuevas personas que aparecen en tu vida.


No es hablar, es actuar. 

viernes, 22 de junio de 2012


Duele soltar promesas que son

hojas que el viento mueve...

Nunca digas siempre.

martes, 19 de junio de 2012

Tendríamos que pensar menos y reír más.

Nota: Rayarse luego da dolores de cabeza.

sábado, 16 de junio de 2012

Lonely

Sientes que no encajas, que no encuentres esa cuerda a la que agarrarte, pero no una simple cuerda, una que sea capaz de aguantar tu peso, tanto cuando no has comido como cuando estás tan sumamente llena que te sientes "pesada", y no, no estoy hablando de engordar físicamente, sino un ejemplo de lo que sería interiormente, ver que no puedes sentirte mejor o peor de lo que estás, sentirte vacía, incluso sentirte llena. Puedes gritar, correr, saltar, pero siempre llega ese puto momento de flato, de cansancio, de falta de voz, ... ese puto momento en el que eres la persona más pesimista que vive en el mundo, aquella que se siente sola, porque piensa que así será, que todo tendrá un fin, todo acaba, y de un momento a otro siempre acabamos perdiendo todo lo que nos rodea, y por todo me refiero a las personas. Es como cuando vemos que se nos pierde ese peluche cuando somos pequeños, que al principio lo pasamos mal, crecemos y con el paso del tiempo nos olvidamos del muñeco, va quedando en el recuerdo y cada día que pasa parece que dicho recuerdo se disfumina. Pues bien, si pensamos del mismo modo, en el de perder a una persona, ocurre algo similar, pero no completamente igual. Primero la conocemos, vemos algo especial, le cogemos cariño y acabamos aferrados a ella de tal manera que creemos que ese "lazo" que nos une nunca se rompe, efectivamente, un lazo nunca se puede romper, pero sí puede deshacerse, y es ese momento en el que se abre la herida, por cada putada que ocurre, por cada puto enfrentamiento que tienes con esa persona se hace más grande, y luego se va, ahí es cuando aparece la espina en la herida, y por herida no se entiende como dolor, sino como la huella que dejamos en las personas...


Postdata: Hoy estoy hueca, vacía, sin ningún incentivo que me empuje a hacer nada.