miércoles, 31 de julio de 2013

Aprender a vivir.

¡Sí! Estoy deseando empezar ya la Universidad, aunque no es para menos después del verano tan poco suertudo que estoy pasando. Qué ganas de coger libros nuevos y poder pasar las páginas rozando mi nariz, de hacer el recorrido de 45 minutos que tardo en llegar al Campus y de perderme por allí. No saber a dónde ir y sentirme perdida como una niña pequeña en un centro comercial. Poder sentir que (por primerísima vez) de verdad hago algo de deporte. Ahora estoy en esos días de prometerme a mí misma que estudiaré día a día para aprobar cada una de las asignaturas y llevar los cursos a raya pero, seamos sinceros, poca gente ha sido capaz de cumplir esa rutina. Supongo que seré de las típicas alumnas que quieren sentarse en primera fila pero que no lo haré por miedo a que el profesor me pregunte algo (lo cual es una situación muy graciosa). Conocer gente nueva, poder seguir mostrándome como he sido toda mi vida, una chica infantil y un poco idiota (en cuanto a estudios). Quiero ser yo misma, quiero caer bien a la gente (aunque últimamente me estoy volviendo un poco cerrada y asquerosa), quiero encontrar nuevas amistades y grandísimos compañeros de carrera. Quiero lograr mis metas. Quiero avanzar en la vida.

sábado, 27 de julio de 2013

Las dulces rupturas.

Después de un tiempo sin escribir aquí estoy de nuevo dispuesta a decir con palabras lo que con la voz no puedo. Aunque viéndolo bien no sé ni siquiera lo que me pasa, ni lo que pienso, ni lo que siento. Ni sé cuál es el camino fácil ni el correcto. Los primeros días de las rupturas siempre son malos, por mucho que diga una persona que está bien, todos estamos mal y buscamos una solución hasta debajo de la tierra para poder volver al pasado y que las cosas malas no nos ocurran. Luego eso pasa y los recuerdos se quedan ¿Y qué? ¿Si no tuviéramos recuerdos acaso podríamos considerarnos humanos? Esto es la vida. Sufrir. Todos sufrimos por cualquier cosa, a unos nos afecta más que a otros y por ello tenemos que depender de nosotros mismos, no tenemos que anclar nuestra vida junto a una persona porque no sabemos qué hará el futuro de nosotros. Seguramente todos hemos oído lo de "no me dejes nunca", "esto es para siempre", y de la noche a la mañana estamos que nos matamos. Y es que de verdad no me gusta adelantarme a los hechos, soy esa persona que odia decir "te quiero" cuando no lo siente. Odio considerarme un "siempre" y acabar siendo un "nunca".