El amor es como Don Quijote, sólo recobra la cordura para morir.

[...] 
Si dudo, me empujas.
Si dudas, te entiendo.
Si callo, escucha mi mirada.
Si callas, leeré tus gestos.
[...]
Si yo, tú.
Si tú, yo también.
Si lloro, ríeme.
Si ríes, lloraré,
pues somos el equilibrio,
dos mitades que forman un sueño.


Si yo, tú.
Si tú, conmigo.
Y si te arrodillas
haré que el mundo sea más bajo,
a tu medida,
pues a veces para seguir creciendo
hay que agacharse.
[...]
Si yo, tú.
Si tú, yo.
Sin ti, nada.
Sin mí, si quieres, prueba.

No puedo vivir sin ti.

Estoy aquí para ti por si te interesa saberlo. Tocaste mi corazón, me llegaste al alma, cambiaste mi vida y todas mis metas.

Laughing after crying

Tranquila, respira, cálmate, no tiembles, no rías ni sonrías, desahógate, llora, saca todas las lágrimas que llevas dentro, grita, fuerte, más fuerte ¡GRITA! Dile al mundo lo valiente que estás siendo, las ganas de vivir que te quedan todavía, llora cuanto quieras, cuanto necesites, pero por favor, no te hundas, y si así ocurre, llámame, estoy aquí, para ofrecerte un hombro donde apoyarte, una mano a la que aferrarte y al fin y al cabo, aquí tienes a la persona que más desea que después de tantos sollozos rías, y rías tan sumamente fuerte que el mundo pueda contagiarse de tu risa. 

La otra cara de.

Al principio siempre nos fijamos en la imagen. En lo primero que nos entra por los ojos. En la apariencia y en lo que nos transmite. Verdaderamente, en algunas ocasiones no nos damos cuenta de que las apariencias engañan, a veces nos quedamos con esa perspectiva de que es una persona X, Y o Z, pero luego la conoces, conoces algo que va más allá de una simple imagen que parece y no es. Desde mi punto de vista pienso que, no por vestir, pensar o ser de un modo u otro, se nos debe etiquetar de algo. Las apariencias no deben ser ese todo con el que creemos que es una persona sino más bien, ese primer estudio engañoso que todos experimentamos cuando se nos aparece alguien nuevo y diferente frente a nuestros ojos.

"Nuestros verdaderos valores y virtudes van mucho más allá de cómo nos vistamos o arreglemos corporalmente".

Empieza por un: "Me gustaría conocerte."