lunes, 24 de septiembre de 2012


                                                12, Diciembre de 2011
Querido Liam:

Ha pasado mucho tiempo desde que nos vimos por última vez. Al final he sido yo quien se ha decidido a escribir, como ya dijiste tú que pasaría. Supongo que tenías razón, en todo. Quizá las cosas no salieron como deberían haber salido, tal vez lo nuestro era algo pasajero con un punto y final. 

No sé exactamente qué cara pondrás cuando por fin recibas esta carta. Sé que no debería haberte escrito, o al menos por el momento, no quiero abrir heridas que parecen cicatrizar después de estos 12 meses sin saber ninguno del otro. He preguntado a tus amigos, y a tus familiares, o al menos a los que me presentaste cuando todo era perfecto. Siempre recibía la misma respuesta, y yo cada día que pasaba me volvía más y más loca. No sabes cuánto te echo de menos. 

Despertar cada mañana abrazados y escuchar el latido de tu corazón bajo mi cabeza, coger una de esas camisetas tuyas y poder llevarte el desayuno a la cama, que me abrazaras y empezaras a hacerme cosquillas por todo el cuerpo, que yo me retorciera en el suelo de la risa y que todo se parara con esos besos que me dabas. Todavía resbalan lágrimas por mi cara cuando pienso en todos esos momentos juntos,... Me cogías de la mano y me decías que esos instantes eran los que hacían que fueras feliz, y esas veces en las que terminabas cada beso con un breve 'Te quiero princesa'...

Reconozco mi error, reconozco que me pasé, y que apenas me controlé, pero ya sabes como soy, sabes mis puntos más débiles y eso fue la gota que colmó el vaso... Sin embargo aquí me tienes, por fin recibiendo noticias mías, por fin sabiendo que todavía estoy aquí, esperando, esperándote. Porque tú fuiste, eres y serás la cosa más importante de mi vida. 


Postdata: Seré breve: ven.

Donna.

 
                            

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